La economía alemana ya no crece. Nuestra mediana industria está siendo víctima de la globalización que nosotros mismos impulsamos hace décadas. Otros sectores le seguirán inevitablemente en cuanto disminuya la creación de valor industrial. ¿Es de temer que otros ámbitos económicos sigan su ejemplo?
La prosperidad que hemos alcanzado con salarios comparativamente altos y prestaciones sociales se interpone ahora en nuestro camino y está en grave peligro. Como en termodinámica, estamos sintiendo la igualación global de las condiciones en los sistemas comunicantes: Con el auge económico en el sudeste asiático, hay restricciones en este país. Los fantasmas que llamamos … Ahora nos esforzamos por contrarrestar esta evolución evidente e imparable, a costa de una presión cada vez mayor que incluso pone en peligro nuestra salud. ¿Realmente queremos seguir librando esta batalla sin esperanza por «más» y «más barato», que nos aleja cada vez más de un modo de vida natural? Este modelo ya no nos sirve.
¿No preferiríamos centrarnos en nuestras competencias básicas, forjar con creatividad y valentía nuestros propios caminos y dar forma a ámbitos en los que podamos volver a tomar la iniciativa?
Dos preguntas básicas son: «¿Qué necesitamos realmente?» y «¿Cómo satisfacemos nuestras necesidades en una economía verdaderamente circular?». Si centramos nuestros pensamientos y acciones en responder a estas dos preguntas esenciales, encontraremos el camino de vuelta a la calidad de vida, obtendremos una ventaja económica y devolveremos algo a nuestro mundo. Dejemos de explotar los recursos naturales, incluidos los nuestros, y agudicemos nuestra conciencia del hecho de que formamos parte de la naturaleza.
El cambio de año es un buen momento para aplicar esta sugerencia a nuestras propias áreas de influencia y concretar medidas.
Les deseo un próspero Año Nuevo.
Werner Boysen, diciembre de 2024