El aprecio es una necesidad humana básica. La gente quiere que se le preste atención. La mejor manera de demostrarlo es mediante el agradecimiento. Muestre su agradecimiento a sus empleados. Demuestre su aprecio reconociéndoles como una persona importante en la empresa, tratándose de forma justa y respetuosa, utilizando «por favor» y «gracias» y prestando atención a sus empleados y tratándolos con amabilidad y cordialidad. También se agradecen los comentarios serios y benévolos y las críticas constructivas (¡en privado!). Favorezca la inclusión social, frene los cotilleos y el acoso. Además, demuestre su aprecio por los empleados mediante un buen flujo de información, evaluaciones del personal, ofreciéndoles oportunidades de desarrollo y formación, y estando abierto a sugerencias de mejora, y dedicando tiempo.
Todos estamos capacitados para ver lo que no funciona. Agudice el sentido de lo positivo. Reconozca claramente incluso los pequeños éxitos. Esto promueve la motivación.
Si se produce un error, demuestre que se ha dado cuenta del mismo. Busque una discusión con la persona que cometió el error. Luego, junto con él/ella, averigüe la causa del error. Evite «culpar». Sin embargo, responsabilice a su empleado de corregir el error y asegurarse de que no vuelva a ocurrir. Evite la humillación personal, pero refuerce al empleado. Utilice el error ocurrido para animar y fortalecer a su empleado. Ponga a disposición de los demás empleados los conocimientos adquiridos a través de los errores. Sensibilice a todos los empleados sobre este posible error (círculo de control de calidad). Por último, asegúrese de que los conocimientos adquiridos se incorporan a los procesos o instrucciones para que no se repita el mismo error, si es posible, ni siquiera en otro lugar.