¿Qué es la perpetuidad?
Dado que no es posible planificar individualmente cada ejercicio económico en un futuro lejano, los tres a cinco primeros años se planifican de forma realista y detallada, y para el periodo posterior se fija una denominada «anualidad perpetua», que resulta concluyente de la planificación. Esta perpetuidad debe descontarse porque se paga en momentos futuros.
El valor de los beneficios capitalizados resulta de la suma de la renta prevista descontada y la perpetuidad descontada.
Fórmulas para calcular la renta perpetua
La perpetuidad es igual a la renta prevista a largo plazo dividida por el tipo de interés previsto a largo plazo. Si se supone un tipo de interés básico creciente sin riesgo, este tipo de interés básico debe incluirse en el tipo de interés utilizado para descontar la perpetuidad. Si se asume un mayor riesgo de mercado y/o de empresa, estos riesgos deben reflejarse en el tipo de interés adecuado al riesgo.
Ejemplo: Se espera que una empresa genere unos ingresos a largo plazo de 100 TEUR anuales. Si se supone que el tipo de interés básico se situará en un nivel del 5% y que el riesgo de mercado se reflejará con un descuento del 4% y el riesgo de empresa corresponderá a 1,5 veces el riesgo de mercado, entonces el tipo de interés para descontar la perpetuidad es del 5% + 4% + 6% = 15%.
En este caso, la perpetuidad vale hoy 100 TEUR/0,15 x (1+0,15)^-6 = 667 TEUR x 0,43 = 288 TEUR.
La importancia de la perpetuidad para la valoración de la empresa
La perpetuidad tiene una influencia significativa en el valor de la empresa. Cuanto mayor sea la confianza en la rentabilidad sostenible a largo plazo de una empresa, mayor será la anualidad perpetua como componente esencial del valor de los beneficios capitalizados.
A su vez, el valor de los beneficios capitalizados es un factor decisivo para calcular el valor de una empresa. Por lo tanto, merece la pena crear empresas con una capacidad de recuperación demostrable.