En la Due Diligence comercial se examina el negocio operativo. Los principales ámbitos estratégicos de la Due Diligence comercial son los mercados en los que opera la empresa, la posición que ocupa en ellos, la estrategia o estrategias de mercado y el modelo de negocio. La Due Diligence comercial también abarca las posibles oportunidades y riesgos del mercado.
Desde el punto de vista operativo, se examinan la calidad y la resiliencia de los contratos de compra y suministro existentes, así como la seguridad del abastecimiento de materias primas y productos semiacabados y componentes necesarios.
Los posibles compradores no querrán confiar únicamente en la declaración del vendedor o del equipo directivo de la unidad de negocio en venta. Cuantos más estudios reconocidos pueda ofrecer el vendedor, como contratos, información sobre la estructura de la industria y sobre el entorno competitivo, y a poder ser también oportunidades de conversaciones con clientes y proveedores, más fiable será la información para el posible comprador y mayor será su disposición a pagar. Dado que el precio de una empresa se mide en función de su evolución futura prevista, un informe sobre el trabajo de investigación y desarrollo de la empresa reforzaría la confianza del posible comprador en el futuro.
La Due Diligence comercial examina el impacto del cambio tecnológico en la futura posición en el mercado y en los futuros beneficios y cash flows. Esto no sólo es relevante en las industrias de alta tecnología, sino también en las tradicionales. Aquí se dibuja un arco desde laDue Diligence técnica, pasando por la Due Diligence comercial, hasta la Due Diligence financiera.
(Acceso a una lista de comprobación para la diligencia comercial).