Si su organización ofrece un buen servicio de atención al cliente que es reconocido por los clientes, podría convertirlo en una vía estratégica. Deje que la calidad del servicio especial se pague adecuadamente.
Otro paso más, es partir sistemáticamente del beneficio para el cliente y definir un concepto de servicio que, si es necesario, incluya otros productos relevantes más allá de su propia gama de productos, y elaborar un posicionamiento estratégico con los clientes que haga que su organización sea insustituible.