Otra técnica habitual de creatividad son los mapas mentales, desarrollados y documentados por Tony Buzan en 1971. A diferencia del enfoque libre del brainstorming, durante el proceso de elaboración de mapas mentales las ideas se exponen como cadenas de asociaciones en una estructura en red que crece junto con ellas. El mind-mapping conduce los pensamientos más allá sobre la base de un árbol estructural, pero también permite la inclusión de ideas completamente nuevas mediante la creación de ramas adicionales.
El método del mapa mental aleja sistemáticamente los pensamientos del problema. Idealmente, se crea una visión completa de los distintos aspectos asociados al problema. Sin embargo, la elaboración de mapas mentales no permite un enfoque imparcial de las posibles soluciones. Además, en muchos casos no existe una estructura de árbol clara en la realidad, sino que intervienen efectos de red que no pueden representarse en un mapa mental. Por lo tanto, algunas soluciones derivadas de un mapa mental no son en absoluto prácticas.