Y si, por el contrario, ya está cerca de la insolvencia, es aconsejable que obtenga un certificado conforme a la norma IDW S9 en el que se indique que su empresa no está (todavía) en situación de insolvencia, sino sólo de insolvencia con carácter inminente. Incluso puede haber actualmente un estancamiento de los pagos, pero debe ser demostrable que se puede resolver en un período de 3 semanas. El certificado también debe demostrar que no es obviamente inútil reorganizar la empresa. Para ello, debe adjuntarse un primer plan general adecuado que, sin embargo, debe ser mucho menos profundo que un plan de reestructuración. Por último, los accionistas deben certificar por escrito que están dispuestos a reestructurar su empresa.
Este certificado da a la dirección la seguridad de estar libre de responsabilidad por retrasar la insolvencia y gana tiempo para tomar otras medidas.
Pero cuente con que la preparación de los certificados lleva tiempo: Dependiendo del tamaño de la empresa y de la complejidad de sus estructuras y negocios, calcule entre dos y tres semanas. Si el desarrollo de su liquidez no le permite este tiempo, puede ahorrarse este certificado y los costes, que normalmente y de forma comprensible se liquidan por adelantado. Además, dicho certificado es sólo el reflejo de los primeros pasos. No le exime de su responsabilidad en el futuro.
Sin embargo, dicho certificado puede permitirle iniciar un procedimiento de protección, que puede tener ciertas ventajas frente a un concurso ordinario que puede estar pendiente. Sin embargo, el certificado no debe tener más de una semana de antigüedad en el momento de la solicitud del procedimiento de protección.
Por último, existe la posibilidad de probar la existencia de motivos para la apertura de un procedimiento de insolvencia.