Se trata de determinar la magnitud del beneficio añadido para una empresa gracias a la fuerza de la marca.
La fuerza de la marca se deriva de la suma de todos los efectos que la marca provoca en los clientes, proveedores y empleados (atractivo, confianza, imagen, calidad de vida). El precio adicional que pagan los clientes por estos valores, el compromiso adicional que aportan los proveedores y la especial lealtad que muestran los empleados pueden cuantificarse como ingresos relacionados con la marca y costes inferiores. La compensación debe ser el gasto que habrá que hacer en el futuro para el mantenimiento de la marca, para el marketing, para las relaciones públicas, para la publicidad y para el branding.
El valor de la marca corresponde al valor actual de todas estas ganancias descontadas que el propietario de la marca obtendrá en el futuro gracias al poder de la marca.
Una valoración de la marca puede ser interesante para determinar su posición en la competencia y para ampliar las marcas de forma selectiva. También es relevante para determinar el valor de la empresa en caso de una transacción empresarial, es decir, para una compra de empresa así como para una venta de empresa.